miércoles, 24 de octubre de 2012

Bendita Maldición


Maldita realidad...
cuando te crees que la encuentras ella se esconde
y te pierde
y te encuentras perdido allá: donde el ruido
es vivo silencio

maldita vida esta
que te acuesta y dormido te puedes quedar
en cualquiera de las partes
de la tierra, que al cabo te entierra que te hace
someterte al fin en sus entrañas

Maldita la guerra
que muerte presenta por lucha
cuando lucha ha de ser cambio
cuando cambio es movimiento y este
se muestra andando
cuando todo en esta vida es perecer y renacer
perecer y renacer, perecer y renacer.

Maldito el sistema que no se da cuenta
de que la vida es vida y la muerte es muerte
maldita la muerte por asustar a los hombres
que quedan y no a los que marchan, y volviendo al sistema
maldito él
por no dejarnos vivir, por no dejarnos morir,
por matarnos, por vivirnos
por no darnos y exigirnos... maldito.

                                               Pero...

Bendita amistad
que da vida hasta si obvias necesitarla
que nos insulta, que nos castiga
que nos empuja y nos amenaza...
Aquella que recoge en segundos la historia de horas perdidas
y encuentra semanas ganadas

Bendito compañero que
te dará realidad sin saberlo
sin conocerte te dará una mano
que sin querer-te será tu hermano
y para cuando se de cuenta
ya tarde demasiado es

Bendito el amor BENDITO AMOR!
Desde todos los aspectos
su movimiento estancado si pausado lo siento
si me atormenta me moja y si me atruena me alumbra
me llena embarazado de aves gritonas
amordazando palabras entre dientes
silbidos entretenidos
de los nidos de serpientes.

Bendito amor que te da guerra
maldito si es por sistema.

sábado, 20 de octubre de 2012

Nimio


Su nombre era Nimio. Vivía en un lugar vacío de obviedades donde nada parecía ser lo que realmente era. Siempre me acordaré de su cara vacía siempre de sentimientos, inexpresiva, que me miraba intentando comprender la complejidad de mis expresiones.

Siempre estaba callado, contemplando aunque pareciera no entender, mirando hacia algún lado distraído, sin apartar la mirada durante horas a veces a un mismo punto, como queriendo encontrar la verdad que escondían aquellas apariencias del todo.

Me gustaría comprender como se sentía aquel muchacho cuando la gente se postraba frente a él haciendo como si le estuviera diciendo algo o a la hora de sentarse a pensar en lo absurdo de su entorno... pero nunca podría llegar a su profundo fuero interno, a su plena consciencia, a sentirme como él nunca habría echo, o a no sentirme como él siempre hizo.

Creo que ni él era consciente de su existencia, debo de ser el único que se dio cuenta de que él estaba vivo, de que Nimio era importante en su nimiedad. ¡Qué difícil tuvo que ser estar en su situación! Aunque no se sentía mal, tampoco bien, debía de sentirse tan vacío que cuando me paro a pensarlo me tiembla el alma y se humedece mi mirada.

¡Pobre Nimio! Nadie se dio cuenta de él. No era importante para nadie porque él era Nadie, probablemente no quisiera ser como los demás aunque eso significara no ser nadie para todos. Pero siempre tendrá un sitio en mis recuerdos, esté donde esté, siempre recordaré a Nimio, el más valiente de todos los hombres, pues se atrevió a vivir sin ellos.

Se atrevió a librarse de la vida, de la muerte, de todo aquello que nos da algún tipo de perspectiva... y fue libre como nadie, libre de todo incluso de si mismo, libre por encima de lo que el resto de lo que los mortales podemos llegar a entender. Su nombre era Nimio, lo mejor hecho entre lo insignificante.

jueves, 18 de octubre de 2012

¡Vive!


                                                Y tú, ¿de que estás avergonzado?

¿Es la música que escuchas la que te avergüenza?
¿o, tan sólo, la canción que quisieras silbar y no silbas por miedo a lo que los demás piensen?
¿Es, acaso, que la melodía que suena en tu cabeza y que pasas días y días sin poderla quitar del pensamiento no merece ser expresada?

¿Te da vergüenza bailar?
¿Expresar con los movimientos del cuerpo lo que una canción como esta que ahora suena, canción que revolucionó la música parisina con su vie en rose, te hace sentir?
¿acaso no te atreves a demostrarme lo que puedes enseñar con la danza?
¿no te atreves a moverte junto a mi y combinarnos, fundirnos, con la música como fuego que nos mezcle?

Y ¿a pensar? ¿Te atreves a pensar?
Hagamos un experimento, intenta pensar algo que nunca te atreverías a pensar...
¿qué tenemos?
Seguro que cosas que te están avergonzando ahora mismo...
pero,
¿por qué no te atreves a pensar? ¿No estas en un espacio sólo tuyo?
Puedes hacer con tu pensamiento lo que quieras y no tiene porque darte vergüenza pensarlo todo.

Es como sentir, y tampoco te atreves a sentir, estoy seguro...
¿por qué lo haces? ¿por miedo?
A mi me asusta mucho más pasarme la vida avergonzado...
dejando que sea la vergüenza quien detenga y decida mis movimientos, pensamientos y sentimientos, y no yo.

¡Vamos! atrévete a hacerlo todo, no hay nada ni nadie que te pueda impedir ser como quieres.
No tienes por qué dar explicaciones, ni excusas, sólo tienes que actuar, decidir por ti mismo.
¡Hazlo!, que no te avergüence ser tu mismo, ni descubrir quien eres; que no te asuste convertirte en lo que quieres ser, ni tampoco cambiar.
Todo lo que quieras hacer con tu persona puedes hacerlo, sólo tienes que tomar la decisión correcta.

                                  Y ahora... ¡Vuela!
                                                                             ¡Bienvenido a tu vida!