sábado, 31 de diciembre de 2011

esperanza2

 -Encajan perfectamente.
-El qué?
-El todo con el resto.
-En que mundo?
-En el nuestro, en mi mente.
-Estás hoy muy profundo.
-Eso crees? Puede que el resto de los días lo esté demasiado poco...
-Siempre pienso que te comes mucho el coco.
-Si acaso la vida es algo, es esa conexión, no hay más.
-Sí, entiendo que dices, y veo por donde vas.
-Pues siempre me pareció que algo dijo calderón de que la vida es sueño, más no en mi opinión.
Pienso yo más bien, que la vida se hace sueño cuando vives cual pequeño, el todo al 100%.
-Pero y si es todo aquello acaso insignificante?
-Por muy pequeño que sea, siempre existe algún instante, un momento, una mirada un encuentro.
-Es eso lo que buscas siempre?
-Es lo que a veces tengo.
-Razón ves tu suficiente, para estar tu tan contento?
-Razón suficiente y necesaria, para tal portento.
-Responde entonces a esto: Que es para ti un momento, y cuando se hace feliz?
-A decir verdad, te digo un momento es el testigo de que en verdad el tiempo pasa, y es feliz si es.
-Aún no entiendo del todo.
-No siempre es feliz del todo, el tiempo que ha transcurrido, pero un momento no es olvido.
-No es olvido si es momento.
-Ni siquiera si es instante, pues hay un acontecimiento, que le da aporte importante.
-Zumbidos podrían ser en el entendimiento de muchos.
-Zoquetes serán aquellos por no creerlo oportuno. El tiempo no existe más que a corto plazo.
-Zoo ambulante parece.
-Zarzas de nuestra mente, que envuelven todo a su paso nos impiden ver el ocaso.
-Aun no creo del todo... no entiendo yo de que modo el tiempo es eterno y por plazos.
-Ahora te explico despacio, el tiempo por entretenernos, empieza momento a momento.
-A nosotros se nos muestra?
-A unos pocos según creo, yo lo veo y es el tiempo el que se esconde a la vista vuestra.
-Al encuentro de unos pocos?
-Aquellos que prestan atención a cada situación que valoran cada evento, solo a esos.
-Desde donde habemos de contemplarlos?
-Desde nosotros y nuestras capacidades, admirarlos, con nuestras personalidades, acomodarnos.
-Dadnos más concretancia.
-Deidades fieras y vengativas confunden el entendimiento. Nos hacen buscar la paz ahí fuera.
-Decidme pues quien nos obliga?
-Obligados somos por nosotros mismos de nuevo. yo veré si llueve, y
si llueve también yo lluevo.

-Suena a final don Esperanz.
-Sea así pues mi amigo Ado.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Me devoran las horas

Hoy me devoran las horas, insaciables como la muerte, no queriendo dejar ni un fragmento de lo que soy o lo que he sido. Pretenden deshacer aquello que hicieron tantas semanas unas horas errantes, perdidas, mientras que a mi camino, el que me toca, se le da por andar
y yo... no sé a qué agarrarme.

Caigo. Caigo y me precipito sin llegar a alcanzar, como en sueños.

Se va extendiendo el vacío mientras siento afilados segundos masticando mi piel.
Arrancando más que carne.

Esparciendo vísceras de mi sentir que nada entiende, de mi razón que nada siente, ambas procurando una verdad negada a ser. Y así se niega ella y todo
y yo... ¡no sé a qué agarrarme!

Caigo. Caigo con todo el arrojo, de quien así un día lo quiso.

Me dan impulso minutos, empujando mi cuerpo herido por la vorágine del espacio que nunca llegué a ocupar, junto con todo el que hoy me envuelve.

Me devoran las horas, hoy, que ignoro que pié da el siguiente paso, que apenas sé si piso.

Hoy que me estoy deslizando por veredas ilusorias que me han traído hasta aquí: donde yace un pelele descordado.

Y entre tanto me consumo: ni un grito, ni un quejido lastimoso haciendo acto de presencia. Nada se oye, más que el pulso de ese tiempo que contempla, anhelante, el efecto de los segundos aferrados a mí piel, procurándose perpetuar.

Me devoran las horas y yo... no sé a qué agarrarme, hoy que mi propio camino se apartó, otra vez, de mi vista. Ojalá, que por lo menos, les resulte indigesto.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Complace mi sinestesia

Como si mis manos fueran ojos, y tu cuerpo, belleza. Deslizar de un vistazo, por el paisaje de tu piel mi mirada de ciego, de quien está a oscuras, de quien ve borroso. Agárrame a tu imagen como si del abismo de la nada estuviera colgando. Otórgame una mirada periférica para poder tocarte entera con un solo roce. Permíteme trazar sobre el papel las lineas que componen el relieve del paisaje de tu forma, hacer un mapa de los tesoros que esconden tus sentidos.

Como si mi lengua pudiera oírte siendo tú armonía, la música que suena en las estrellas, el sonido de la vida en su conjunto. Escuchar la melodía que componen los sabores de tu extensión dirigidos por el compás de tu aliento, sintiendo como las notas que envuelven mi sensación, surcan la tempestad del océano de mi boca mientras esta se hace agua.

Como si fuera capaz olerte con solo pensarlo, y tu fueras vivo aroma. Aspirar tu esencia llenándome de ella, sin dejar nada fuera, que recorra mis venas y me riegue por dentro. Conseguir que tu perfume abarque mi memoria y que no queden más recuerdos que los distintos matices de tu fragante frescura. Haz que tu olor cubra mi mente en un momento, que abrace mi razón, que se meta en mi sensación y pase a formar parte de ella, de mi... para que de este modo hagamos uno, tú, estímulo y yo percepción.

Como si pudieras darme la dosis exacta de tus sentidos

para asfixiarme de tu imagen,

para que quede embargado en sabores,

para cubrirme de tus ruidos y sublimarme con tu tiento;

para que me cieguen tus fragancias.

Si pudieras darme la dosis exacta de tus sentidos
si pudieras... complacerías mi sinestesia.

domingo, 18 de diciembre de 2011

REP

Retozar en recuerdos re locos,
donde mi tiempo siguió
donde debió haber parado,
sintiendo las gotas de estaño
escurriendo en la sesera
sellan vías de acceso a
placenteros reductos de instantes.

Retorcer retrocediendo a trozos
sacando donde no hay
lo que pudo haber y ha sido
resquicios sacados de quicio
del roto descosido aquel
asiduo a poca monta
que sucumbe al óbito pausado

domingo, 4 de diciembre de 2011

aquella roca espectral

Entrar por ventanas
como fantasma en sueños
con blancas telas rotas
arañando luz de luna
retorciendo, retrocediendo
no cediendo al loco intento
de llegar al lugar donde
poder alcanzar suspiros.

Estar posado en suelos
donde con el sol, salir solo.
estancado entre granos de arena
como piedra que escoge
quien en ella tropieza
y hacer que caiga.
siempre el mismo.
siempre distinto.

Atravesar las paredes
deslizar gélidos susurros
llantos, gemidos, gritos,
alaridos sin estar siquiera
realmente ahí, donde
todo cambia
y pasa el tiempo.
Un estanque de arena
del reloj acostado.

Contemplar todo, nada,
latidos de tierra
repetido ser incesante
ido, perdido, esparcido,
semejante, que no parecido,
a no ocupar
el lugar de siempre
inamovible, inerte, inherente.

Ser resquicio de algo
más bien poco o menos
a penas parte del todo
y ni siquiera nada.
No ser más que una roca
que atraviesa cristales
para entrar en sueños
y escoger quien tropieza
con sus largas cadenas de luna
y sábanas salpicando el tiempo
que le queda a una roca espectral.

cambios

Llueve calor seco en cielo despejado de nubes visibles. Las luces se desplazan ondeando para evitar enfrentarse a todo lo que ocupa espacio alguno. Las sombras ya no existen ni sobre papel... demasiada luz. Los colores se entremezclan unos con otros, derivando en un paisaje uniforme ante los ojos de cualquier espectador y nada queda fuera de todo esto.

Sopla un viento inmóvil desde todas las direcciones posibles, en todos los lugares, sin permitir que se respiren dos veces los mismos aires, hasta en los más cerrados y ocultos rincones. Pero esa lluvia, de calor seco... incesante, monótona, aburrida ...cayendo desde las profundidades de la atmósfera, o más allá, donde el azul tiende al negro, no deja ni una parte de la realidad fuera de su endemoniado embrujo de gritos horrendos, carentes de eco.

Susurros subatómicos dan forma al material del que se compone el suelo pisable, pasible, mientras los cuerpos que no viven se deslizan sobre él sin hacer el menor ruido, sin dejar en ella su triste huella. Pueden verse, casi hasta tocarse, los gritos acompasados del interior de la tierra: de vida, de esperanza y de amor; de rabia, de dolor y de traición. Gritos, que se aparecen en todas las escenas sin perderse en las diferentes direcciones posibles que toman a un mismo tiempo.

Las distancias se aglutinan y los segundos se separan en este irremediable entorno sustraído de la más pura decadencia, haciéndolo tan espeso que apenas cambia en horas, siquiera en días, semanas, años... pero se sigue notando esa lluvia fina: lluvia, que quema con su sequedad cálida caída de una esfera celeste, sin nubes que puedan ser vistas; lluvia, que desciende sin cesar empapándolo todo con su envolvente influjo. Sin final ni principios. Sin ninguna finalidad.

No se puede más que encogerse, resguardarse, ocultarse de todos los efectos de este ambiente del que todo sentido huyó hace tiempo... hasta que, de pronto, por encima del sonido nauseabundo de la no vida, empiezas a oírlos:

Pasos. miles de ellos, tan juntos, tan fuertes como notas de grito en cadena, como eslabones de cadena de gritos. Surge de todas las partes a la vez el sonido de tantas pisadas que todo son sonidos, que no hay nada en silencio, y nada ahora es ya todo.

Todo...
Como los tambores que retumban las vísceras de Madre y ocupan todo. Se oyen sus bramidos coloreando lo que aun sigue cubierto en la lluvia, de caliente aridez, humedeciendo lo que la todavía la luz desdibuja. Recreándose en descrear los dominios abandonados por las ideas de dioses, de cuya guarida en las nubes no quedan ni estas.

Todo.
De nada, surgen gritos que lo cubren todo. Los gritos distintos, nuevos. Gritos de rabia y de dolor pero gritos tranquilos pues están seguros. Seguros de que su verdad les es inherente, y que por tanto nadie puede arrebatarla, ni rebatirla, y, por ello, son fuertes.

Los gritos, de los hombres con huella, se alzan, al alto arriba, recomponiendo a su paso como poetas creadores el mundo que encuentran destrozado.

Gritan palabras que resuenan contra el viento y lo colocan en su sitio.
Palabras, tan duras que reflejan a la luz de nuevo a lo que debía haber sido.
Palabras, tan suaves, que las gotas de lluvia vuelven a tornarse en el ideal de una lagrima.

Y, otra vez, todo vuelve al lugar que le pertenece.
Llueve
fría humedad
en ese cielo
cubierto de nubes.

jueves, 22 de septiembre de 2011

mi casa roja

 Vivo en la casa roja, una casa que en nada se parece a las demás pues no tiene tejado y por ello está siempre llena de la lluvia roja que aquí cae casi continuamente. Tampoco tiene ventanas, por lo que está bastante oscuro aquí dentro y las cuatro habitaciones de las que consta están completamente desamuebladas.

 Mi casa roja está entre dos grandes montañas que a veces no son tan grandes y a veces lo son más. Allá delante hay un gran lago del que sale el río más retorcido de la historia, unos ocho mil kilómetros de curvas imposibles y excavaciones subterráneas. Arriba en el cielo se ven un par de filas de estrellas, dos agujeros negros cuya expansión ha sido controlada, dos nebulosas y un enorme sol agrisado.

 Lo que más me gusta de mi casa es que está comunicada con unos caminos que me pueden llevar a cualquier parte del mundo y, sobretodo el suave retumbar de sus paredes, que me mecen el día a día y que hacen a mi casa más especial aun. Lo peor de mi casa es que no se puede oír el silencio... lo echo de menos. 

 A veces me da la impresión de que mi casa está realmente viva. Cuando llego la casa me recibe con un traqueteo veloz que me impide atinar con la cerradura de la puerta, de cuya llave hice tantas copias que nunca se quien puede haber dentro, aunque me haya acostumbrado a que nunca haya nadie, a que nadie se quiera quedar, a que todo el mundo se valla. Estar solo aquí no es tan terrible... lo triste es no tener otra casa roja en donde estar.

jueves, 25 de agosto de 2011

esas noches


Cuatro noches perdido, sin saber que espacio ocupa mi cuerpo en este terrible cuento de vidas prendadas, de amarrados momentos. Cuatro noches en que todas ellas me envuelven por no ver luz en ninguna parte, esfumada bajo la presión de la profunda oscuridad de detrás de las pestañas. Cuatro, en las que ciego me siento como quien no sueña. Cuatro, en las que me encuentro perdido como el que no ve... ni oye... ni huele... sin tacto... insípido...

No me llegan las horas para cada latido que siento retumbante mientras noto los túneles que se fabrican dentro de mi cuerpo. Bocanadas de fuego recorren mis entrañas bajo las penumbras de cuatro noches que me han dejado sin estrellas... que me han dejado sin luna. Las farolas se apagan a mi paso, justo antes de que traspase la linea donde acaban las sombras, y hasta ni mirándolas detenidamente desde la distancia puedo ver un atisbo de su antiguo resplandor. La luz entera me ha abandonado y nada se de ella en estas cuatro noches.

Han sido cuatro noches en las que el tiempo se ha parado, en los que hasta respirar dolía y costaba y mataba... cuatro noches sin vida, sin suelo, sin sentido... cuatro noches aborrecido, triste, despiadado; sin que todas las estrellas me cantaran sus brillos... sin que esa gran luna suspirase sus destellos. Maldiciendo: porque los dioses sean estos y no otros; por las leyes del universo y el movimiento de los astros; porque el espacio y el tiempo son putas cosidas.

Cuatro noches en las que preferiría no haber podido estar despierto, ni cuerdo, ni tampoco consciente. Cuatro, en las que quise soñar que alumbraban los sueños mismos, que había un todo, con su propia luminiscencia, que se apropiaba de mi y del resto, e invadía las cuatro noches, y los fugaces luceros se hacían eternos.

Frías, oscuras, lentas, vacías, fueron cuatro noches, con sus cuatro días.

viernes, 19 de agosto de 2011

bolboretas

Faigamos outra tolamia, desas polas que tanto debecemos, que penduran nas nosas lembranzas agarimando as nosas testas, enchendo as nosas vidas de paixón e evacando todo o amolecido e cotián delas. Loitemos, como antonte fixemos, por espallar o noso espírito máis alá do corpo, por encadear os soños na conciencia sen deixalos endexamáis liscar.

Agora que estamos agochados e ninguén nos pode ver, latexemos a un mesmo ritmo cun latexo desacompasado. Poñámonos á carón da lúa, escoitemos conxurar ás estrelas, olvidemos este amolado mundo e viaxemos cara a nada para facer dela todos. Vamos! Bule! Ven, axiña! Lisquemos deste recuncho para facer cantigas ao son do silencio sideral, xunto cos ruidos dos meus corpos, dos teus corpos, do teu e do meu, que soarán amplificados pola falta de competencia.

Saca tí a conclusión que eu non podo, que seña relevante e reveladora: sumerxernos nun oceano de paradigmas e sinxelezas para atopar respostas a preguntas imprantexadas; percorrer imperceptibeis o bulir do tempo sen perde-lo camiño, sen perde-lo paso, engaiolando conxuntos de intres pra meter nun caderno que nos axude a lembra-la nosa propia vida. Fuxamos por fin a ningures, ese lugar esquecido, onde coitados de nos atrevernos a deixar de finxir caracteres que non son de seu propios de ninguén... lisquemos do concreto...

Abofé que xa non queda moito, é hora de seren coitados, de non enoxarmos os naturais deuses coas nosas parbadas, crucemos o miudo abafarando pola urxencia, non pola presa. E ¡Ven! ¡acude! Xa coido que veco o que andaba outeando. Velaquí está, ¿podes ver? Poden verte? Miradesvos? entón...       ¡bolboretas!


martes, 16 de agosto de 2011

sobre cómo los sentimientos sí pueden viajar en el tiempo

si hay algo que pueda viajar por el tiempo, aquello que más facil lo tendría son los sentimientos y las ideas por su composición, dado que en el fondo no son más que impulsos electricos. y, ¿qué puede haber mejor que esto para burlar las leyes del espacio y el tiempo?

lunes, 15 de agosto de 2011

Flor del Aquí

Aquí, entre cuatro paredes
fuera de aquí no hay nada
dentro de aquí está todo
no quiero salir pues sólo quiero quedarme
sólo quiero quemarme en el centro de aquí.
Aquí donde sólo amanece
las veces que son necesarias
y cuando lo hace arde todo
me quedo por siempre encerrado
prendado de todo este aquí.
Cuantas veces habré estado aquí
donde todo el mundo crece
donde son estrafalarias las cosas que lo parecen
cuantas veces habré estado
estancando mi mirada
en la nada
y aun así...
Aquí
entre
cuatro
paredes
no quiero estar sin tí
aquí quiero
que te
quedes.
                                                                                 Es                 aquí
                                                                                 en        mis cuatro paredes
donde todo lo puedes si quieres
donde tanto me metes en redes
                                                aquí      donde así te sentí
                                      es                   siempre
y
sólo
aquí...
No
       salgamos,
          no
     me
marcho,
                                                                                     no
                                                                                      me
 falta
         nada
aquí.

sábado, 6 de agosto de 2011

Recapitúlame

Recuérdame otra vez que estoy haciendo
aquí existiendo,
recuérdame por qué he de seguir vivo
por seguir muriendo
hazme recordar por qué si muerdo
lo más lascivo
todo lo demás olvido
sin remordimiento
y haz que evoque tan sólo un motivo
para escribir este cuento
para no quedar dormido
por volver a estar despierto
recapitulemos...
por qué la vida existe para que juntos la usemos?

Explícame, qué he de hacer para
no estrellarme de cara. contra el suelo
desde tan alto que en esta nube vuelo,
recuérdame quien soy y cómo
he llegado ha donde estoy
sin moverme
y sin moverme ¿cómo llego a donde voy?

Solo hoy que me he olvidado,
rememoremos cosas del pasado
cuadremos en burbujas al cuadrado
rodemos por los lados de este cubo
que yo no me contuve pero algo hubo
que me contuvo.
Enseñame otra vez cómo se baja
que ahora sólo subo
a cómo jugar sólo con la caja
sin siquiera un tuvo
qué debo hacer con mis sentidos
con mis sentadas, cuando sin ti me siento
perdido, asintiendo, sin nada

hoy no comprendo a mi hada
va desoyendo miradas,
fuera de mi coordenada
ven hacia aquí condenada!
Que aun no me olvido de ti
hasta recuerdo que di
con tu sonrisa apagada
que en llamarada encendí.


jueves, 4 de agosto de 2011

Paisaje pueril

En un desierto árido de arenas ardientes

insólito! un oasis sació mi sed

y rápido rasgué con rocas mis ropas

intrépido! Como un castrador de cobras

en mi desesperado destino.

Decenas de direcciones decido

opciones oblicuas obligan obstáculos

a caminar por donde camino

no pienso dejar que el sol cálido

que ha salido me quite el aliento

no paro de dar calor en suspiros cortos

y he sentido muerte con el acto

es de locos...

será mi suerte tan fuerte como este evento

seré y tu serás siempre sus S.O.Ss

solos, sabidos, sin tiempo, tus tactos, mis metas...



y en una selva sombría sin sol que salga

satíricos sabores salían de siempre

y siempre es de día despertando desnudos

dos

nosotros nunca nacimos nudos, más bien lo contrario

nos hicimos híbridos haciendo huecos hundidos

nos hemos hecho hermanos hirviendo habas.. o hadas...

odiadas olas, odiosos adioses...

quiero quedarme comiendo queso, contigo

queriendo cada cacho que quede en res-quicio

en tu res extensa en mi vicio: tu testigo

seamos castigos el uno del otro

sólo hasta encontrarte en este paisaje.



Y en mar inmenso de aguas tan dulces

no supe escoger de que parte bebía

tampoco beber, ni nadar, ni ahogarme

no supe inhalar ni agua ni aire

ni siquiera ocupar mi espacio y no el resto

pero aprendí a abarcarlo todo

que me enseñaron que en océanos hay que abarcar

aun aspiro a acabar algún ahora

pero pronto pide poco

y no me resisto a restar tiempo al tiempo

arrestados arrastrando arráncame

cada calada de humo que aspire

cada viciada vida vinculada a vos

desde este decir distendido.




bendita maldición

Maldita realidad...
cuando te crees que la encuentras ella se esconde
y te pierde
y te encuentras perdido allá: donde el ruido
es vivo silencio

maldita vida esta
que te acuesta y dormido te puedes quedar
en cualquiera de las partes
de la tierra, que al cabo te entierra que te hace
someterte al fin en sus entrañas

Maldita la guerra
que muerte presenta por lucha
cuando lucha ha de ser cambio
cuando cambio es movimiento y este
se muestra andando
cuando todo en esta vida es perecer y renacer
perecer y renacer, perecer y renacer.

Maldito el sistema que no se da cuenta
de que la vida es vida y la muerte es muerte
maldita la muerte por asustar a los hombres
que quedan y no a los que marchan, y volviendo al sistema
maldito él
por no dejarnos vivir, por no dejarnos morir,
por matarnos, por vivirnos
por no darnos y exigirnos... maldito.

Pero...

Bendita amistad
que da vida hasta si obvias necesitarla
que nos insulta, que nos castiga
que nos empuja y nos amenaza...
Aquella que recoge en segundos la historia de horas perdidas
y encuentra semanas ganadas

Bendito compañero que
te dará realidad sin saberlo
sin conocerte te dará una mano
que sin querer-te será tu hermano
y para cuando se de cuenta
ya tarde demasiado es

Bendito el amor BENDITO AMOR!
Desde todos los aspectos
su movimiento estancado si pausado lo siento
si me atormenta me moja y si me atruena me alumbra
me llena embarazado de aves gritonas
amordazando palabras entre dientes
silbidos entretenidos
de los nidos de serpientes
bendito amor que te da guerra
maldito si es por sistema.

miércoles, 3 de agosto de 2011

en tu mundo

Perdido en tu mundo, así es como llevo mi vida entera. Perdido en tu mundo buscando en él lo que siempre me ha pertenecido, lo que nunca mereceré o de lo que nunca me creí merecedor, tu alma, tu mente, tú. Simplemente tú, quien me hace procurar concretancias tan abstractas, hiciste que me perdiera en un mundo sólo ocupado por ti para buscarte, y aun así es ahora cuando te encuentro.

Perdido en tu mundo, he pasado tanto tiempo que ya hace tiempo que no sé regresar al mio, que no encuentro la salida de este tu mundo-laberinto. No sabría decirte cuanto tiempo más estoy capacitado a pasar aqui, quizas no tarde en volverme loco, quizas ya lo esté, pero si hay algo que sí sé: ahora que te encontré nada me importa hasta el punto de que solamente me importa una cosa: nosotros.

Perdido en tu mundo, así pasaría una vida entera. Perdido en tu mundo para explorarlo cuan profundo sea, sin importar el tiempo que en él pase, sin interesarme en lo que hay más allá, sin cambiar nada de sitio y buscando, quizas un orden, quizas un caos, pero buscando qué es lo que origina la perfección de mi percepción, la predicción de mi perdición. Pero lo siento, no puedo asustarme; aunque todo sea inmenso y mi empresa se venga grande, aunque pudiera no hacer nada, aunque no hubiera nada que hacer, no tengo otra opción que adentrarme.

Inmerso en tu mundo, como el explorador de tierras nunca pisadas, como el niño invocando a los dioses de la libertad para crear una historia en su mente orginal completamente. No quisiera que hubiera alguien aquí para mostrame mapas o caminos que condujeran a ninguna parte, pues así debe ser, así se que es. Nadie se adentró antes aqui, lo noto por la evidente falta de rutas ya marcadas, por la notable falta de carencias, que cualquiera habría probocado, pues yo mismo tengo que esforzarme para no querermelo llevar todo de allí y meterlo en mi mundo para siempre.

Perdido en un mundo que nunca nadie había pisado siquiera, no quiero que me saquen de aqui por nada, si viene alguien al mio que no me busquen, si quiere alguien encontrarme que no lo intente, pues ya no soy más de otro lugar, no quiero pertenecer a otro conjunto que no sea este: tu mundo, mi mundo... nada más. Aunque quisiera no podría... Sacar mi mente de tu mente.

domingo, 31 de julio de 2011

Otra vez aquí perdido

Otra vez aquí, perdido, solo, y sólo por perder
sólo quise volver y he vuelto, ¿a dónde? Al lugar!
Aquí donde se oyen el mar y el desierto
donde puedo decir que estoy muerto o estoy vivo
muerto por vivir, vivo para morir... viviendo...
Voy yendo; no puedo decir que sepa hasta donde
sólo sigo y camino y cada pierna responde a quien
pueda decir que tenga algún mando, y ese yo no soy.
Voy sin saber hasta cuando, ni donde termino,
ni donde se empieza, ni el camino cual es
sólo siguen mis pies, que ahora el resto se ha ido.

Otra vez aquí, sólo perdido, es perder tan solo...
lleno de soledad no saber donde estás sin nadie
que acompañe tu entera perplejidad que ha nacido
de no saber donde has ido, de no saber donde estás.
Y en que hermoso lugar me ha metido la suerte
puedo verte si miro el paisaje de este pasaje de libro de libros
de libres y liebres, tan lleno de colores del sabor
tan lleno de olores sutiles sensibles al tacto...
exacto y ubicuo el lugar en que me encuentro
centro y periferia de la totalidad de un mundo.

sábado, 30 de julio de 2011

todo es Filosofía

Tu puedes hacerlo todo con respecto a mi, que en lo que a mi respecta
no pienso oponer ante ti la menor resistencia, ante ti no pienso
prefiero sentir, porque sintiendo contigo te siento
en mi regazo y estás tan cerca que entre ambos sólo hay ceros
tan pequeños, diminutos, que los minutos no dejan al tiempo
circular con su constante transcurso de la total normalidad

Circular sería la vida, y menos seria que otra cosa,
como aquel eterno retorno del que hablaba un viejo loco,
que por perfecto cada instante no tendrá superación
porque al final todo es filosofía... y al principio
donde de cuatro elementos eclosionaron dos
tu luz, mis sombras, mi espacio por llenar de luz,
tus sombras, mi luz y aquella habitación oscura
de percepciones, pero repleta de luminiscencia
en su textura, en su sabor, en su aroma...

Puedes hacerlo todo con respecto a mi,
hasta puedes no respetarme, mientras respetes a nos
accedo a quedarme con tan sólo un resquicio
de una mente, pero que sea la tuya, tu mente de menta,
mmm... como en un brainstorming de todo lo que siento
anegarme de tus ideas, que me azote el viento
de tus conceptos sencillos o abstractos.
Yo cedo mi todo a nuestro conjunto,
respecto a este pacto gravado con tiempo
nos ampara la ley del Dios del silencio y lo
respeto, pues al final todo es filosofía.

no me faltes

  Si algún día perdiese la vida no te pongas a buscarla, no malgastes tu voluntad en tratar de reunir los pedazos para rejuntarlos, pues será inútil. Si pierdo la vida no busques un substituto para ella, buscalo para mí; sigue viviendo sin perder un minuto en llorar, encontrandolos al reir, y despideme con alegría y satisfecha por haber sido tú quien me dió el motivo para vivir. 

 Recuerdame siempre por quien he sido, como si hubiese sido el transcurso de la vida lo que nos separó y no su final. Recuerda todo lo que pasamos juntos pero no lo que nos faltó, esto vivelo con quien quieras y con quien te quiera a tí al menos una parte de lo que yo te quiero, y no pierdas aquello que te hace especial lo que me enamoró de tí, aquello que te identifica y te convierte en la criatura más maravillosa que puede existir.

  Si algún día esto se acaba, no quiero un triste final si no un alegre cambio, la salida que te hace entrar en un nuevo lugar, la entrada que te saca de un sitio para llevarte a otro. Y no te olvides de tí, hazlo de mí; pero no de lo que compartimos, hazlo de mi presencia; consigue que mi falta se convierta en una nueva adquisición, de independencia o nueva compañia.

 Pero por favor no llores, no empañes la mirada que me dío los mejores sentimientos de mi vida, la que supo ver en mi lo poco bueno que tenía; no veles la luz que desprende tu sonrisa, que iluminó cada uno de mis días oscuros e intensificó la luz de los claros. No conviertas esto en una desgracia, aunque no se pueda decir: "no es la muerte de nadie", conserva la fortuna que ambos tuvimos al poder crear nuestro mundo un día y, el día en que muera, recorrelo por vez ultima, como si fuera un mausoleo, antes de cerrarlo por derrivo.

 Si algún día muero, por lo que más quieras, no hagas nada. Continúa tu camino haciendo que me sienta orgulloso de verte caminar. Hazme vibrar con tu existencia y con la fuerza que demuestres al continuar, con la cabeza bien alta, con la moral por los cielos.

 Si algún día muero no hagas nada... pero, si te pierdo haz cuanto pueda.

jueves, 28 de julio de 2011

descatalogando rebeldías en un acto de libertad onírica

Cuanto tiempo sin mirarnos. Habían pasado muchas miradas
por mis ojos y la tuya aún conservaba ese no sequé que inspiró
mis mayores deseos, mis mejores poesías, mis peores pecados. 
Perdimos tiempo en un instante dedicado a nuestros ánimos siempre 
tan privados, mientras dejamos flirtear a nuestras miradas 
buscándose una a la otra, intentando encontrar en ellas...un 
todo...una verdad.

Las palabras fluían como agua que humedece pero no moja, 
aunque nuestros cuerpos hablaban a gritos elocuentes en 
una danza del pasado que resistió la dura y continua exposición 
al tiempo. En un despiste se iluminó en tu cuerpo una estrella 
y ello me llevó a un lugar cuyos peligros terminarían por conseguir 
mi cordura.El aire sobraba en todas partes escaseando en mis 
pulmones, y entre tu y yo se interponía una mínima inmensidad 
cuando, casi sin quererlo, cuerpos celestes se eclipsaron en un 
roce eterno que crispó todo el bello de mi cuerpo, que se convirtió 
en dolor al morir. Ambos lo sentimos.

Faltaron las palabras sobrantes en un entorno en el que ya no eran 
bienvenidas y todo nuestro alrededor se volvió insignificante, 
trayendo consigo la mayor de las insignificancias que me vi obligado 
a traducir.Solo había una solución y no tardamos en dar con ella, 
hoy creo que fue ella quien dio con nosotros como un tren que 
avanzaba inexorable hacia dos fantasmas en su vía, y nuestro triunfo 
tenía el sabor de reconquistas, la textura del desenfreno, la 
densidad de la imprudente añoranza. Sentimos el calor de un rayo 
en un segundo, atravesando cuerpo y alma y transportándonos a lo 
recóndito del mundo, donde nos fundimos haciendo al oro ordinario, 
al universo pequeño, vulgar a la felicidad.

Fuimos como niños que jugaban a conspirar contra la idea del “yo” 
y “lo demás”, a sincronizar los sonidos del motor de dos vidas. 
Fuimos como guerreros de una misma causa que olvidaron semejanzas, 
buscando el nexo que los separó un día y las diferencias que 
añoraron al siguiente. Perdimos la inocencia de quien la ha 
olvidado para encontrar nuestra esencia entre piel y sudor, 
uñas y dientes, mientras los dioses contemplaban nuestra 
chanza con miedo a intervenir.

Pero pasó lo innecesario, abrí los ojos, deje de ver; y ahora nos 
encontramos otra vez aquí como siempre hacemos... tú ansiando mis 
verbas... yo deseando tus miradas; tú queriendo mis latidos... yo 
ardiendo en tus suspiros; tú pidiendo mis sentidos... yo, morir por 
tus deseos. Se unieron el destino y el azar descatalogando rebeldías 
en un acto de libertad onírica.