Que no,
que me niego a ver
tu delicia
en los frescos de
un templo de seda
que no puedo
admirar lo que pierdo por lo que me queda,
que no pienso
siguiera parar a este cuerpo de cera
si ves que se
funde, así, estando a tu lado.
Que no,
que sí me ha
tocado,
pero tan callado
que estaba que no has escuchado.
Que no a mi
pasado, que sí a mil presentes
en los que me
encuentres pesado.
Que aquí el que
te centres o no ya se da por sentado,
porque cada mirada
que diste y me ha dado
ha dañando lo que
no consiste en dolor.
Por esto
y por todo el
resto
sabré que lo
nuestro es amor.Discos que escuchan,
libros que suenan,
pero, al final,
el frío intenso
es quien me quema,
y tu fuego el que me hace temblar.
Así, de entrada me recuerda a
ResponderEliminarhttp://elpeligrodelaspalabras.blogspot.com.es/2012/03/que-no.html
Y de salida, también... pero se me ha ocurrido una historia como la de doble, pero hablando sobre el despecho, a dos voces... mañana en un hueco lo miramos ;)