Estás bonita de
lejos
y de cerca,
con luces o en las
sombras,
enfocada,
desenfocada
y hasta mirada de
reojo.
Estás hermosa en
las fotos,
en pintura,
en persona más,
y hasta tallada en
piedra.
Me encantas
vestida
desnuda y,
probablemente,
también
despellejada.
Rezumas belleza si
me miras,
si me esquivas,
si se te escapa la
vista un poco,
incluso si viaja
sobre tu hombro
con el rechazo, tu
mirada.
Adoro que me
busques,
que me pierdas,
que me encuentres,
que para eso no
puedas tenerme
y que lo sigas
intentando.
Eres preciosa en
el tiempo,
y en mi mente
atemporal,
en recuerdos, en
fantasías,
en sueños que
tengo despierto
y en los sueños
que me despiertan
recto.
Eres linda a las
puertas
a las ventanas,
a los muros y
paredes
entrando por donde
quieres
en este laberinto que se convierte en
recto.
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