domingo, 8 de abril de 2012

otra conversación de esperanzado

Los mismos dos hombres que un día se fueron a encontrar allí, aquí otra vez se reencuentran.

-Ay!... ¡cuando dormíamos la piedra!. ¡Que irreverentes horas se pasaban entonces!, allí donde el tiempo eran cadencias de sonidos, y nidos de decadencia lo que de allí se apartaba.
-Vaya! Noto crecer una hiedra! Una historia que se enreda desde su primer paso. Cuenta pues ¿cual es el caso?
-Aquel ocaso la vida... significaba otra cosa.
-Que cosa?
-Fracaso... mas de manera fermosa. Soy de la convicción de que nada resulta al buen hombre malo.
-Algo recuerdo de antaño: vive todo cual pequeño. Pero dime cual fue el ensueño.

[Es justo en ese preciso momento: cuando todo se pausa y sigue, como si nada hubiese pasado].

-Pues recuerdo que aquel daño, al igual que así hacen todos, consiguió un significado.
-Al momento hemos llegado.
-Aquellos tiempos magníficos, en los que sobre la tierra, vivían ya seres pacíficos, haciendo el amor no la guerra. Sepa usted mi don Ado, que son cosa los instantes, de magia bien poderosa, de la que se hizo mucho antes, de conocer los hechizos.
-Instantes, momentos: son cuentos! Cuéntame de instantes más, y que sea puesto en ejemplos, que palabras son los vientos frotando contra las cuerdas de vocal en vocal.
-Fue que fuimos al lugar donde los sueños aun tienen ganas de descansar y allí descansamos con ellos, y con ellos trabajamos. Y entre tanto, como hacen, los instantes conjuraron a su propio favor, que como vengo diciendo también es el nuestro.
-Aquí frene, Esperanz, maestro. Le ruego no me atolondre y muestre lo que se esconde detrás de cada palabra.
-No se anticipe le ruego, que en conjunto entenderá luego lo que este perro le ladra. No ve usted acaso qué para explicar sentimientos todo palabro es escaso? Prosigo pues y le cuento, que fue llegado el momento de que todo experimento no me era del todo enemigo, ni amigo...[un segundo de intranquila compostura da pie a la siguiente frase].- y fue que fui testigo de jugar a ser aliento, suspiro, viento, tormenta de todo tormento.
-Y qué más?
[la burla saluda al público].
-Si exagero no miento, más a penas eso hago, para mi fue todo halago admirar importante portento tal que, fue todo cual ver un parque, allá donde miraras, lo que tu vista abarque.

-Dormir con el dulce es divino, pero te pica los dientes.
-Exacto querido mio, pero a estos dientes sucédeles lo que a los de los escualos.
-El cualó?
-Que crecen solos.

>>Mas sigamos amigo mío, yo contando y tu escuchando. Me hallaba metido en el lío en el que sólo se meten los pocos, los que de valientes en locos se convierten a su peso; y dado el paso, lo confieso, que perdí yo la cabeza por momentos con belleza arrogante y desbocada, que me llevo por delante, dejando mi vida arrollada.
-Es la historia interesante, mas que significaba?
-No era otra cosa que nada, nada por ninguna parte, pero por arte de magia, de un encuentro nació fuego y de este fuego delicias, y aunque acabó en agonía diría que sólo me vicias con delicias semejantes.
-Pero que fue lo que pasó antes?
-Las cosas más interesantes, las que no tienen cabida, ni en palabras bien oídas... pero te diré una cosa: no pierdas nunca vida hermosa, por mucho que a ti mismo te faltes, o te falles, pues no hay más moral que la que Madre nos da, y es que vivas la felicidad, haciendo feliz a tus semejantes.
-Y cuando esta te falla?
-Búscala donde la haya, y allá ella se halla donde busques, a la sombra de aquel haya, o de algún pino,pues feliz es el destino. Recuerdo de alguien fino, que dijo con gran verdad, que el final es divertido, y que sino no es el final.
-Háblasme ahora de muerte?
-Incluso en caso de tal suerte, lo ve diferente el vivo, para el muerto es un alivio, pues el muerto vivió, lo que debió haber vivido. No saber el porqué de las cosas no quiere decir que no exista.
-Esperanz es usted un iluso...
-Y también demasiado difuso, otra vez se nos pasó la hora [el reloj estaba con los brazos en alto, proclamando una victoria desconocida por todos]- seguimos mañana amigo Ado? Por no hacerlo todo ahora.
-Se que no continuaremos, don Esperanz pero bueno, saldrá usted con otra de sus dilucidaciones raras, y yo le pondré mis mil caras, para que vea que no le comprendo. Pero aquí estaré como siempre, y aquí seré quien le encuentre. Buenas noches don Esperanz.
-Valla con suerte amigo Ado.

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