miércoles, 29 de agosto de 2012

Ado desespera(nz)


– ¡¡¡Dioses!!!

– ¿Qué pasa?

– ¡¡Me arrancan los dedos del pie con su capricho divino!!

– ¿Pero que ocurre?

– ¡Nada, eso es lo que ocurre! ¡Seguimos igual y aquí no da cambiado nada!

– Tranquilizate Ado, amigo mio.

– ¡¡¿¿Cómo voy a tranquilizarme??!! ¡Si vivimos donde no se puede confiar
en nada
y no hay nada ya que lo cambie!

– ¿A que te refieres, compadre?

– ¡¡¡A todo!!!
Somos esclavos de la mentira, siervos de la falsedad
por no decir la verdad, hasta a nosotros mismos mentimos.
Y aquí nada cambia ni en siglos.

– Oh.. don Ado, el tiempo no pasa en cálculos, sino en actos.

– Pues estos son espectáculos que no los produce el teatro.
Vivimos en un engaño que creemos desengañado y lo llamamos igualitario.
democracia es hacer que el pueblo se crea que manda.
Igualdad, que a todos nos mientan en igual medida.

– Cada día llevas peor lo que ocurre al rededor, tranquilo
que todo lo que sucede, sucede una vez sucedido
y nada cambiará que te quejes.

– Menos cambia que te dejes, o que alejes la mirada
como si nada ocurriera, que te fijes solo en todo
lo que tienes tu tan cerca: lo pequeño
la vida más que sueño es pesadilla,
y el sueño es sueño.

– Pero el motivo de que esto ocurra es que todos buscan lo grande.
normal que lo normal aburra, pero lo pequeño...
no lo entiendo aunque ponga mi en ello empeño,
si aprendieran a apreciar lo distinto, que, por tal, es bueno...

Pero siempre habría quienes no lo supieran ver.

Y a eses... ¿qué les pretendes hacer?

– No sé y eso ya lo veremos...

–¡Lo veremos cuando se haya de ver! ¡Buenas noches!

– Ojalá se hubiera visto ayer... ¡Qué usted las pase!

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